Entre los muchos
atractivos de esta región, que ofrece tantos, y todos ellos naturales, no podemos
olvidar su gastronomía. Ya en las primeras líneas de la
célebre novela, Cervantes nos describe cuales eran los alimentos en los que Don
Quijote.consumía "las tres partes de su hacienda" - con lo quería indicar las
tres cuartas partes de sus recursos-. Y nos sorprende comprobar que los mismos alimentos
en élla descritos siguen siendo platos habituales y cotidianos de las mesas de la
región. Así, la "olla de algo más vaca que carnero" (la vaca era más barata,
y la bolsa de nuestro hidalgo modesta), podemos descubrirla en la actual "olla
podrida", o en la "olla serrana" de Albacete; los famosos "duelos y
quebrantos" (huevos revueltos, con jamón, chorizo y tocino), - cuyo significado
tanto nos intrigaba y tan poco nos explicaban en la escuela -, exactamente igual como el
ama o la sobrina debieron servirlos a la mesa de Don Quijote, pueden hoy degustarse en las
ventas manchegas, y en los paradores y restaurantes que constituyen la versión moderna de
aquéllas. El cordero "en caldereta", las tortas de Alcázar, las berenjenas de
Almagro, el conejo con tojunto, los galianos (a base de conejo, perdiz y pollo), los
tiznaos (con bacalao, ajo y pimientos) y los gazpachos; el "ajopuerco", el
"atascaburras", la perdiz roja(en varias salsas), el "hornazo"de
Quintanar, los quesos de Herencia; los pistos, las gachas, las migas, los melindres;
lentejas y bartolos; se consumen en nuestros días al igual que antaño lo hicieran los
hidalgos, los bachilleres y los pastores de la trashumancia. ¡Ah! Y no nos olvidemos del
delicioso palomino "de añadidura", que para don Alonso Quijano constituía el
plato especial para los domingos.
En cuanto al vino, los caldos manchegos merecen mención aparte. Las variedades viniferas "airén", para los vinos blancos; "cencibel" ,para los tintos- se emplean en una interminable extensión de más de seiscientas mil hectáreas, repartida entre las cuatro provincias, a excepción de las viñas de Almansa, de -las que se obtienen tintos de mayor graduación alcohólica con las cepas "garnacha" y "monastrell". Cuenta la región con cuatro denominaciones de origen de gran reputación: "Mancha", "Manchuela, "Valdepeñas" y"Almansa" siendo los suaves y aromáticos vinos blancos -como en el Rhin- los que mayores elogios reciben por parte de los entendidos . |