Ciudad de Villanueva de los Infantes, donde al viajero curioso de la ruta cervantina le será mostrada la casa del Caballero del Verde Gabán, modelo de hidalgo español y ejemplo, que nos brinda Cervantes, de la cortesía y hospitalidad manchegas. En Ciudad Real, la capital de la Mancha, se hallaba en aquellos tiempos establecido el Priorato de todas las órdenes militares.

Era también la época de las representaciones de comedias, y de las populares actuaciones de las compañías de titiriteros; así como de las justas y torneos heredados del medioevo. El Retablo de Maese Pedro constituye una descripción perfecta -que nos lega Cervantes- de ese mundo farandulesco de los cómicos de la legua, en tiempos de Don Quijote. La ciudad de Almagro nos ofrece, perfectamente conservado, su famoso Corral de Comedias, única muestra de un escenario del teatro español del Siglo de Oro, superviviente de toda una generación de corrales que alcanzó gran predicamento en Europa, así como enorme trascendencia cultural.

Las funciones solían empezar con una "loa", que el autor -empresario- dirigía al auditorio:

"Aquí nos tienen, señores,
y al ser cosa acostumbrada,
debo decir las comedias
que tenemos estudiadas.
Variaremos cada tarde
y escucharán, si lo pagan,
El asalto de Corinto,
El desdén de la abundancia,
El sol que no ofende a otro sol,
El mejor santo de Italia,
La aurora del sol más bello,
y otras muchas celebradas,
que escribieron los ingenios
más estimados de España..."